Yo Púb(L)ica

Lo personal es político


Por Galia Arriagada Reyes

   En esta oportunidad, la sección CirKrítica introducirá una referencia extranjera, se trata de la obra española Yo Púb(L)ica dirigida por Julia Martínez, con un elenco formado por ella, Carmen Díaz y Sandra Mendoza, cada una proviene de oficios distintos por lo que es un entretejido interdisciplinar. Carmen es actriz, cantante y baterista, Sandra es payasa y educadora, Julia es artista de circo, docente, música y poeta. Entre las tres armaron el material para la dramaturgia, aportando desde sus experiencias personales, encontrando puntos de conexión entre las vivencias compartidas. El año pasado se estrenó en Valencia y ha itinerado por varios espacios de circuito independiente: Teatro Inestable, Sala Ultramar, La Mutant, La Toba, Espai de Circ, por nombrar algunos.

Julia Martínez tiene una trayectoria de 18 años haciendo circo, se formó en la Escuela Carampa de Madrid y L´Ecole de Cirque de Sion (Suiza), es co-fundadora de la compañía Arritmados junto a Héctor Rodríguez. También imparte clases de acrobacia y mano a mano, además de ser integrante activa en las asociaciones de circo: Associació Professionals del Circ de la Comunitat Valenciana (APCCV), Associació Valenciana de Circ. Yo Púb(L)ica fue la primera creación individual de Julia, en un principio ideado como unipersonal, pero luego se sumaron Carmen y Sandra, mutando a una propuesta colectiva. Ella misma cuenta que la obra fue una especie de prueba, al tomar la iniciativa de dirigir y escribir dramaturgia, por otra parte, experimentar el espectáculo en sala, ya que hasta el momento se había dedicado al circo y/o teatro callejero. Actualmente está inmersa en el work-in-progress 10.852, su próxima obra que estará enfocada en la temática de la masculinidad tóxica, esta vez, por medio de la compañía Arritmados. La perspectiva de género es la base de su autoría, en el dossier de Yo Púb(L)ica se declara la finalidad de la obra: “pretende desde un prisma feminista, analizar la realidad de una forma crítica, transformadora y de denuncia social”.

La consigna lo personal es político, resuena en la entrevista a Julia Martínez, ella misma la menciona, puesto que la obra desarrolla las intimidades de voces femeninas, ese espacio reservado que luego se exhibe como una vitrina hacia el mundo interior de las intérpretes. Esta frase tan conocida y citada, nace en el contexto del feminismo radical que denunciaba la dominación patriarcal en la vida privada de las mujeres, con énfasis en el plano sexual. El juego de palabras de Púb(L)ica, entre pública y púbica, desde mi punto de vista, indica la relación entre un pensamiento colectivo, a su vez, el pubis como aquel territorio corporal de sexualidad y que ha sido violentado por el patriarcado. En la obra hay desnudos, por ende, hay una expectativa de un público con criterio formado, a causa de la exposición del elenco, teniendo en cuenta la posible cosificación de los cuerpos.

Yo PúbLica se define como una obra de circo feminista, integra el lenguaje interdisciplinar entre circo, teatro y música en vivo. En el escenario están distribuidos un perchero con distintos vestuarios, dos instrumentos musicales: un teclado y una batería, sumado a decorados florales en lugares puntuales. La paleta de colores tiende a los matices del color rosa. La dramaturgia se estructura en base a tres conceptos que son las cualidades básicas de un artista de circo, éstas son: equilibrio, fuerza y resistencia.


La primera parte se encuentra enmarcada por la noción de equilibrio, materializándose en una secuencia de movimiento a nivel de suelo, Julia ocupa el espacio para desplazarse, mostrar el traspaso de peso, la estabilidad e inestabilidad del cuerpo dependiendo de la postura, reafirmando aquel control físico que es fundamental en una artista de circo. Luego, aparece el personaje de una novia en la celebración de su boda, quien se tambalea de un lado a otro producto de la ebriedad, más allá del gesto físico, lo interesante es el discurso de la novia, ella se sincera ante su familia y amigos, contando situaciones desagradables como abusos sexuales, prejuicios sociales sobre el cuerpo y cuestiona la icónica frase “el día más importante de mi vida. La novia tiene el poder de quebrar el silencio, circunstancias tabúes que la involucran tanto a ella como su entorno cercano, se produce una tensión entre ese momento lúdico, de fiesta y felicidad, frente a las verdades crudas que ella relata. Si bien es teatral, creo que el preámbulo circense de la secuencia anterior, se vincula a comprender el equilibrio no solo como estructura física, sino también al plano emocional y mental, en este caso, la honestidad de la novia de decir lo que quiere, siendo coherente consigo misma, sin seguir estatutos de moralidad o comportamiento, cerrando con el clásico ¡salud!

 

“El silencio es el mandato patriarcal por excelencia” dice Nuria Varela, periodista, docente y escritora española, es conocida por sus publicaciones Feminismo para principiantes (2008), y recientemente, Feminismo 4.0, la cuarta ola (2020), ambos libros trazan la historia del feminismo en un lenguaje claro que puede ser comprendido por un público general, por lo que son lecturas que recomiendo. La cita cristaliza el (des)equilibrio de la novia, ya que la familia, los amigos, el ambiente laboral, la cultura, la sociedad, el Estado, muchas veces son encubridores de abusos, entonces la única manera de revelar y denunciar es comunicarlo, un acto de desacato y rebeldía, el empoderamiento de divulgar las injusticias, tal como los carteles, cantos y manifestaciones artísticas en las marchas, de forma histórica los dos últimos 8M, del mismo modo, el ciberactivismo ha sido esencial, lo demostraron las campañas #niunamenos (Argentina), #metoo (Estados Unidos), #yosítecreo y #cuéntalo (España), actualmente lo digital es la única plataforma para poder relacionarnos en tiempos de pandemia, por este motivo, una ventaja de las redes feministas es lograr un mayor alcance gracias al uso de Internet.

Después, la fuerza se inserta en el segundo tramo de la obra, concepto que ha sido manipulado por la visión androcentrista, en la insistencia de establecer una superioridad biológica a favor del hombre. En Yo Púb(L)ica hay una escena actuada por Sandra, un monólogo que narra todas las actividades a diario de una mujer, la crianza de los hijos, la carga doméstica y laboral, ella dice “parece que sí, que sí puedo con todo”, la historia se complementa con los movimientos que realiza Julia, dando la espalda al público y con el torso descubierto, enfatizando la musculatura de la espalda y brazos, con el objetivo de demostrar la fuerza de su cuerpo.

Cito a Virginie Despentes: “el sexo débil, eso siempre ha sido una broma”, claro que es una broma, las mujeres tienen que enfrentar múltiples realidades, versus los hombres que nacen con bastantes privilegios. El tema de la maternidad ya en sí es un tema complejo; se prohíbe el aborto, pero cuando el niño o la niña nace, nadie le exige al padre estar presente, por otro lado, ser madre es incuestionable si estás casada, y gracias al feminismo se está valorando a la madre soltera, en vez de criticarla. En el ámbito laboral, gran parte de mujeres son acosadas por sus jefes o compañeros de trabajo, hay desigualdad de sueldos por brecha de género, está comprobado que las directivas y cargos de liderazgos tienen una preferencia por el sexo masculino. En la mayoría de las familias las mujeres sostienen el hogar, después del trabajo son ellas las que cocinan, hacen el aseo, lavan ropa, cuidan y educan a los hijos, van al supermercado o la feria por mercadería, aún así, tienen el rendimiento suficiente para realizarlo todo. También cabe señalar la cultura de la violencia, informes de Fiscalía y distintas fundaciones con temática de género indican que las víctimas de violencia son mujeres, minorías sexuales y niños, los casos de hombres agredidos justamente son quienes no cumplen con el estereotipo de masculinidad patriarcal, ya que son homosexuales, travestis, o transexuales, por tanto, un hombre hetero cis tiene el beneficio de no correr peligro de ser violado, golpeado o asesinado por violencia de género. En conclusión, a lo largo de la historia, la mujer ha probado tener entereza, lidiar con la inferiorización e invisibilización de la fuerza femenina, afrontando distintos escenarios que la desafían constantemente.

Lo anterior se refleja en el monólogo de Sandra, ella abre la reflexión sobre la rutina de la mujer, sus quehaceres, los retos del día a día, en compañía a los signos gestuales de Julia. Una vez finalizado el relato, Julia comienza a extender el trabajo físico colgándose de un perchero de metal. Este perchero está siempre en el escenario, tiene prendas que van usando las tres intérpretes durante la obra, y de ser un objeto funcional, se convierte en la estructura para una pieza de circo. En la entrevista a Julia, ella me cuenta que el colgador era endeble y arriesgado cuando comenzó a explorarlo como elemento escénico, tuvo que acudir a una herrera para mejorarlo como soporte. La fuerza femenina se materializa en la lentitud del movimiento y cómo se traslada el cuerpo desde distintos ángulos, mientras Carmen crea un pulso regular en la batería que parece ser un latido, el sonido le da una atmosfera enérgica y sensible al mismo tiempo. La escena del perchero es trascendental porque simboliza el vigor de las mujeres, así también la liberación de toda carga sociocultural por medio de la desnudez de Julia.

Por último, la tercera fase está basada en la resistencia, se visualiza en el personaje de la gimnasta interpretada por Julia, quien está compitiendo en algún campeonato o juego olímpico, simultáneamente Sandra y Carmen representan el jurado, y otras veces los espectadores. El rigor de una gimnasta artística es símil a la artista circense, en ambas hay una exigencia física en cuanto a la resistencia, flexibilidad, agilidad, al igual que los principios de equilibrio y fuerza, la importancia del entrenamiento, el perfeccionamiento de las técnicas, etc. Se retrata la imposibilidad del cansancio, la gimnasta está enfocada en lograr sus metas y aunque reciba halagos o insultos, continúa en esa línea.

Según la Real Academia Española, la palabra resistencia significa “fuerza que se opone a la acción de otra fuerza”, en ese sentido, otra analogía posible de la obra es la resistencia del feminismo que se opone al patriarcado. Nuria Varela establece que los inicios del feminismo se asientan en el siglo XVIII, por lo tanto, ya son tres siglos de perseverancia. La primera ola reclamó el derecho a la educación, modificaciones sobre los estatutos del matrimonio, derecho al trabajo, entre otros. La segunda ola tuvo mayor impacto puesto que se centró en la participación de la mujer en la política, siendo el primer paso el sufragismo, y se destaca el legado de Simone de Beauvoir, filósofa francesa que revolucionó a la sociedad tras la publicación de El segundo sexo. La tercera ola fue la irrupción del feminismo radical, a causa de las estadounidenses que dieron inicio a protestas, intervenciones en el espacio público, actividades de formación feminista, producción de contenido en torno al género. Finalmente, la cuarta ola tuvo indicios desde el 2010 y se concreta el 2018, desplegándose hasta nuestro presente. Aunque coexiste una multiplicidad de feminismos, todos apuntan al carácter transgeneracional, transcultural y transfronterizo, por lo mismo, las movilizaciones se han globalizado, ahora es una red internacional.

Cuando veo a la gimnasta hacer su rutina una y otra vez en la obra, es similar a la resistencia de las olas feministas por lograr cambios sociales, en Chile la proyección está en derribar la Constitución actual y dar inicio a una nueva desde cero. Creo que la constancia ha sido la virtud del movimiento porque a pesar de las injusticias legales, la violencia, los intentos de opresión, la censura en redes sociales o la prensa independiente, todas alzamos la voz con pañuelo verde o violeta en mano. Desde mi perspectiva, la mujer nace compitiendo contra muchos factores que vulneran su integridad, y resiste.


Yo Púb(L)ica entrelaza el arte circense con el discurso feminista para denunciar, criticar y entregar un mensaje transformador. La última vez que se presentó fue el 8 de marzo y contemplaba un conversatorio posfunción, parte del público eran alumnas de Julia, adolescentes que fueron en compañía de sus padres, obteniendo buena recepción. Situar la obra en una fecha relevante tal como el 8M también requiere de una decisión política, contingente y que vincula a los espectadores directamente con el propósito, el espacio de diálogo con la audiencia se torna relevante porque facilita el acto reflexivo planteada por la obra, al tener la posibilidad de conversar con las creadoras que estuvieron recientemente en escena. Por otro lado, es bueno recapacitar sobre las cualidades básicas del circo, probablemente en las escuelas formativas te enseñan a incorporar estos principios físicos que después se automatizan en la práctica diaria y cobran otro sentido cuando lo asocias a tu cotidiano, a los acontecimientos actuales, en este caso, al feminismo. En Yo Púb(L)ica el cuerpo se presenta como zona controversial, lo explícito de ser el soporte artístico, y simultáneamente es la raíz de la discusión por el género y la dominación patriarcal, en efecto, el recurso de la autobiografía es generar conciencia que lo personal es político.


Bibliografía

  • Yo Púb(L)ica. Dossier, fotografías y registro audiovisual, en: www.yopublica.com
  • Despentes, Virginie. Teoría de King Kong, Barcelona: Penguin Random House, 2018. 
  • Martínez, Julia. Entrevista vía videollamada, 9 de junio del 2020. 
  • Varela, Nuria. Feminismo para principiantes, Barcelona: Ediciones B, 2008.
  • Varela, Nuria. Feminismo 4.0, La cuarta ola, Barcelona: Penguin Random House, 2019.Versión PDF  YOPUBLICA
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