El circo en la crisis del escenario postmoderno del arte

Este ensayo presenta una opinión y una reflexión sobre cómo la crisis de la representación de las artes, especialmente la del teatro en los años 60, tensiona la producción del arte circense, especialmente la del Nuevo Circo, constituyéndose como punto de partida de la investigación de esta nueva forma de hacer circo, revisitando para ello algunos conceptos básicos como: personajes, paisaje, la hibridez del espectáculo, la decodificación de los signos y cómo desde sus inicios está permeado por el teatro.

Por Carolina Osses

Propongo en este ensayo  comparar el circo tradicional con el nuevo circo y como este último surge como una ruptura con la estética del tradicional. Veremos como el nacimiento del nuevo circo y como en Chile este arte está desde sus albores muy permeado por el teatro.  Como ruptura  con el modelo tradicional recoge la crisis evidenciada por la representación, analizaremos para esto el personaje, la decodificación de signos, la hibridez del espectáculo.

El circo familiar, con animales,  con traspasos generacionales de técnica, hace su crisis en los años 60 en Europa con la irrupción de una forma de circo que confronta estas formas, crisis que coincide con la  del teatro moderno.

En Chile  esta corriente comienza a desarrollarse en los años 80. En un principio se toma las plazas y los espacios informales, en contraposición del  espacio de la gran carpa del circo.  En esta reflexión trataremos de comparar las crisis de la representación, que  da lugar al teatro postmoderno, con la posible conceptualización e intento de teorización de un circo postmoderno. No hay  construcción en el campo teórico,  ni de la estética  acerca del circo en nuestro país, recién definido como un arte escénico a partir del año 2007. No tenemos una sistematización de esta disciplina y los intentos que se están dando en la actualidad no alcanzan a construir un corpus robusto de conocimiento disciplinar, he aquí la relevancia de esbozar reflexiones en un campo donde los intentos de teorizar están a cargo mayoritariamente de sociólogos, que son los que  construyen una historia del  nuevo circo en nuestro país.

En Chile las primeras experiencias artísticas en este campo disciplinar fueron desarrolladas por muchos actores, que en un principio buscaron enriquecer su quehacer actoral, pero con el paso del tiempo son cautivados por el circo, comenzado a generar aprendizaje técnico en un principio, para dar paso a espectáculos y a propuestas artísticas después. Este proceso significó en los primeros años que se traspasaran lenguajes, técnicas y formatos propios del teatro al circo. Por lo tanto, no se puede negar la influencia del teatro en el Nuevo Circo chileno y como los procesos experimentados por el teatro se van permeando a la incipiente dramaturgia circense.

Para objeto de un ejercicio más focalizado, debemos  separar los 2 contextos en los que se mueve el arte circense contemporáneo en Chile. Existe un grupo de artistas de circo con una formación técnica de calidad  y que demuestran un importante virtuosismo, por otro lado, un grupo de cultores de circo, en un ámbito de informalidad y de niveles de circo muy bajos que, sin embargo, comparten los espacios artísticos y laborales. En estos últimos se hace más difícil poder observar las crisis desde un plano estético, por lo que, situaremos la presente reflexión en el trabajo realizado por los artistas de mayor desarrollo técnico, los que han podido por tener una formación de carácter más sistemático y la posibilidad de  acceder a saberes de orden teórico,  generar búsquedas estéticas de quiebre con el modelo tradicional de circo.

A partir del espectáculo “La celebración o el drama en el paraíso”, dirigido por Camila Osorio, trabajo de egreso de la séptima generación de artistas formados en la Escuela de Artes Circenses de El Circo del Mundo, iremos construyendo esta reflexión para poder mostrar como el nuevo circo presenta una ruptura con el circo tradicional en los que respecta a los contenidos, las forma, y como la adquisición de estas  nos acercan a las crisis evidenciada por la representación.

Decodificar significados en el  circo tradicional es difícil. Este nos muestra números sustentados sólo por la técnica, no existe el intento de generar  símbolos o signos en la  propuesta para que el  espectador pueda interpretar, para que se pueda generar, una lectura interlineal de lo que ocurre en la escena. Esta situación de no entregar contenidos, ni búsquedas formales, se evidencia en la incorporación de personajes de televisión a los show de circo, que hacen que los contenidos sean obvios y que apelan a esta imaginería para mejorar las ventas del espectáculo. En cambio, en las propuestas del nuevo circo vemos como en su insipiente dramaturgia se proponen signos  para que el espectador pueda decodificar. En el espectáculo “La celebración o el drama en paraíso”, vemos como los artistas construyen con sus cuerpos, en la relación con su aparato de circo, una serie de propuestas  que permiten que el espectador vaya construyendo significados. Propuestas de gran belleza plástica, pero que invitan a transitar por espacios oscuros de nuestra sociedad y de los mismos jóvenes artistas, develando miedos y contradicciones.

Respecto de la crisis del personaje iremos desarrollando varias ideas en torno a esta conceptualización.  Vemos   la irrupción en el  Nuevo Circo de  personajes y figuras que estructuran historias con su aparato en una búsqueda no mimética, personajes sin profundidad psicológica. Es interesante la relación dialéctica del personaje con el aparato o su disciplina circense, que estructura el lenguaje de la escena. También está la corriente de artistas que no busca la creación de personajes, sin embargo, en sus trabajos se perciben emociones, sensaciones y contradicciones. Lo  descrito anteriormente comparte con el teatro postmoderno, el debilitamiento del personaje y que como expone Sarrazac en “Léxico del drama moderno y contemporáneo”, donde sostiene que “debilitado en múltiples niveles, el personaje ha perdido características físicas tanto como referencias sociales, raramente tienen un pasado o una historia, menos aún proyectos futuros o de porvenir identificables”(Sarrazac,2013, p. 167) .  Respecto a esto, el circo tradicional no desarrolla figuras, ni personajes, lo más parecido a este concepto es el payaso, el que se mantiene como figura inalterable.  La irrupción de esta figura o personajes en el circo contemporáneo es una clara diferencia con el  circo tradicional.

El show del circo tradicional da paso a un espectáculo que ya no sólo transcurre en la tradicional carpa de circo, sino que irrumpe en otros espacios como las calles, un puente y en el caso de los artistas informales en las plazas.  Podemos plantear que la pieza de circo contemporáneo va transformándose en un objeto de arte, objeto que ya no solo tienen validez en una pista de circo, sino que es “puesto” en diferentes paisajes. El formato del nuevo circo, a diferencia  del clásico show de circo, rompe con la estructura tradicional de números exclusivamente técnicos, para dar paso a un nuevo concepto de espectáculo,  que es resultado de una búsqueda estética o de una temática como disparadores del número y de la relación del artista con su técnica y sus aparato. Irrumpe la historia, temas y contenidos que reflejan las búsqueda y cosmovisiones de cada artista, la que van hilvanando un relato no es lineal, sino fragmentado, constituyéndose cada número en una pieza independiente en sí misma, pero que construyen un nuevo universo.

Existe en el nuevo circo una hibridación que se aprecia en la irrupción de diferentes disciplinas artísticas que entrelazan una  dramaturgia, mezclando circo, teatro, danza, nuevos medios, con un carácter performativo. En el espectáculo que abordamos como objeto de estudio, vemos como los artistas elaboran complejos números de circo, de virtuosismo técnico, hilvanados con escenas con textos, corografías, interpelaciones al público, dibujos. Es una propuesta que desborda los límites de cada disciplina.

Profundizando en el concepto de representación mimética observamos que los artistas de circo contemporáneos se alejan de esta, vemos un trabajo que no busca representar lo cotidiano, ni la realidad, sino mostrar un espacio que va más allá, provocando al espectador con imágenes concatenadas.

Concluimos después de este breve análisis como el Nuevo Circo pasa del show del circo tradicional al espectáculo, compartiendo con el teatro postmoderno conceptos como lo performativo,  el diseño de los personajes, la invitación permanente al espectador a leer los signos propuestos y lo interdisciplinario.

Bibliografía.

Sarrazac. Jean Pierre, “Léxico del drama moderno y contemporáneo”, trad.Víctor Viviescas, México, Paso de gato, 2013.

 

 

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